Cuando uno empieza a hablar de sí mismo le entra complejo de «abuelo cebolleta», contando historias a los niños de sus años jóvenes. Pero es cierto, uno ya tiene una edad (nací en 1974) y una experiencia que cuando mira atrás da vértigo.
Mi experiencia en comunicación comenzó durante mis años de estudiante en la Universidad del País Vasco, realizando prácticas en Antena3 TV allá por 1997. Eran tiempos duros en el País Vasco para un joven zaragozano con mucha ilusión y ambición. Después de mi época estudiantil, regresé a Zaragoza para trabajar en un periódico agrario (Europa Agraria) y en la pre-televisión autonómica (Antena Aragón), cuando todavía no estaba en manos públicas. Sin embargo, una propuesta de unos amigos me hizo cambiar el rumbo a mi carrera profesional. Llegó la hora del emprendimiento de las revistas culturales: tres años primero en mi ciudad (Ciclo) y dos más en Madrid (ERA Magazine), proyecto con el que continué de forma online hasta 2009 y que desde 2017 existe en formato podcast.
Tras el infortunio emprendedor, llegó la hora de la seriedad (como diría mi madre): un año en el Hachette Filipacchi (ahora Hearst Magazines), en el departamento de revistas corporativas coordinando la revista Paradores y cinco en el Grupo Prisa, también en el departamento de empresas: Doblecero (El Corte Inglés), Azul Marino (Trasmediterranea), Cruz Roja, Europa (Air Europa) y Canal+ (Sogecable) son algunas de las revistas más relevantes en las que participé en mayor o menor medida. Allí fue donde más aprendí del mundo empresarial aplicado a la comunicación y de todas las posibilidades que el periodismo puede ofrecer a los negocios.
En 2010, con mujer mallorquina e hija (la primera de las dos que tengo), decidimos marcharnos de la capital para vivir cerca de una de las dos familias. Y en estos casos, las mujeres al poder. Desde entonces, Mallorca es mi paradisíaca residencia, viviendo mi carrera profesional de diversas formas: fui durante un año jefe de prensa de una empresa de eventos deportivos (Unisport Consulting) que cambió también mi formación: el marketing online, el mundo WordPress e internet cobraron una importancia capital. Así que el emprendimiento volvió a mi vida: desarrollo de páginas web, acciones de marketing online, soluciones de comunicación para empresas… Todo lo aprendido durante tantos años al servicio de las PYMES. Ah, y no se me puede olvidar que también he creado eventos deportivos propios, como la TT4500, una marcha cicloturista que de no ser por las fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado seguiríamos organizando con mucho éxito (en tan sólo dos años, más de 450 inscritos). Pero eso también es otra historia.
He trabajado de una u otra manera para tantas empresas que al final he aprendido a hablar el mismo idioma de las PYMES. Cualquier tema relacionado con la comunicación, aquí me tienes. ¡Estoy para ayudarte!